La alarma de las 5, el agua fría y el grito de mi mamá, es el usual inicio de un horroroso día de escuela. Luego de tomar una ducha helada, me vestí y bajé a desayunar. Lo primero que escuché fue el reclamo de mi madre por bajar tan tarde, tuve que comer "volando", lavarme los dientes y salir con el mismo vuelo al carro de mi mamá. Mi mamá arrancó y dando la vuelta a la esquina, se reventó la llanta del carro con un fierro que había caído de una construcción próxima. Junto a mi mamá, logramos cambiar de llanta y volver a seguir andando. Finalmente, luego de un largo recorrido por medio Quito, por fin llegamos al colegio. Salí corriendo al aula, y por mala suerte estaba cerrada. Me tocó ir a inspección a pedir pase y rezar a que el inspector no me deje en detention el viernes. Después de unos 10 minutos el inspector me dejó entrar, pero igual me dejó en detention. Al entrar al aula, recordé que había examen de matemáticas, al cual no había estudia...